Para organizar las diferentes estrategias de retroalimentación, tomaremos como referencia la propuesta de Daniel Wilson, quien combina los diferentes componentes de la retroalimentación y los utiliza como referentes tanto para planear como para reflexionar acerca de las valoraciones que realizamos respecto a los desempeños y producciones de nuestros estudiantes.
Wilson propone una pirámide que organiza los componentes principales de la retroalimentación y que constituyen tres niveles:
Existen diferentes herramientas de retroalimentación que pueden utilizarse con los estudiantes y que ayudan a cultivar una cultura de valoración para la comprensión. Las estrategias que mostraremos a continuación tienen como referencia las ideas trabajadas por Rebeca Anijovich, el Proyecto Cero de la Universidad de Harvard y por Jan Chappuis en su libro Seven Strategies of Assessment Learning.
Estrategia: La escalera de la retroalimentación
Esta herramienta consiste en guiar la conversación que sostienen los docentes con los estudiantes cuando se está dando una retroalimentación entre ellos. En general, podría decirse que esta herramienta proporciona una estructura para dar retroalimentación. Propone los siguientes pasos: clarificar, valorar, expresar inquietudes y dar sugerencias.
1. Clarificar: Por ejemplo, clarificamos las ideas de los estudiantes cuando: Parafraseamos la respuesta de los estudiantes para cerciorarnos si los hemos entendido bien. Proponemos ejemplos para contrastar nuestra comprensión con las ideas que quieren transmitir. Solicitamos que expliquen, o den ejemplos o contraejemplos con el propósito de tener un entendimiento más exacto de sus mensajes.
2. Valorar: Por ejemplo, valoramos sus desempeños o producciones cuando: Expresamos palabras de reconocimiento asociando el hecho específico que queremos valorar, como: “¡Felicito tu esfuerzo! Estás mejorando tu resistencia muscular”. Mostramos interés por conocer qué estrategias utiliza para superar sus dificultades, como: “Cuéntame cómo estás haciendo para mejorar la pronunciación en el idioma inglés”. Hacemos gestos faciales, con la mano o corporales en señal de reconocimiento, como cuando mostramos el pulgar hacia arriba al revisar alguna de sus producciones ( ).
3. Expresar inquietudes: Por ejemplo, expresamos nuestras inquietudes cuando: Realizamos preguntas como “¿has considerado...?”, “¿me pregunto si lo que quieres decir es...?”, “¿tal vez ya pensaste acerca de esto, pero...?”. Planteamos posibles consecuencias si se mantiene el error o la dificultad, como: “Si fuera así como dices, entonces ¿cómo explicarías que...?”
4. Hacer sugerencias: Planteamos sugerencias cuando: Brindamos alguna idea para mejorar su producto o desempeño. Los animamos a buscar nuevas soluciones o alternativas por sí mismos. Les pedimos que revisen el trabajo de otros compañeros y que identifiquen ideas o estrategias que les podrían ser de utilidad a ellos.
De acuerdo a la pirámide de Wilson, podemos decir que esta estrategia responde a: Tipo: informal, Forma: escrita y Fuente: profesor / compañeros
Estrategia: SED
Esta herramienta se denomina así por las iniciales de los tres componentes que, según se propone, debe contener la retroalimentación: seguir haciendo, empezar a hacer, dejar de hacer. Consiste en organizar la retroalimentación sobre la base de estos tres componentes, de modo que el estudiante pueda organizar su plan de acción a corto plazo. Es importante mencionar que cada uno de estos componentes debe ser lo más explícito posible para que el estudiante pueda relacionar el contenido del feedback con lo que se espera de él.
Seguir haciendo. En esta parte de la retroalimentación se explicita aquello que se valora como positivo: las fortalezas, las buenas ideas, las propuestas novedosas, y también las valoraciones genuinas que el estudiante realiza. También forman parte de esta sección los esfuerzos que los estudiantes realizan por mejorar, aun cuando no alcanzan los desempeños deseados; sin embargo, es importante hacerlo explícito.
Empezar a hacer. En esta parte de la retroalimentación se explicita aquello que constituye las oportunidades de mejora de los estudiantes. Se incluyen aquí las recomendaciones que los estudiantes deben implementar para lograr los propósitos de aprendizaje y mejorar su desempeño.
Dejar de hacer. En esta parte de la retroalimentación se consignan los errores, prácticas que no aportan al aprendizaje o actitudes desfavorables hacia él. Debe señalarse, además, cómo ellos afectan al aprendizaje o cómo repercuten en los procesos formativos. De este modo, el estudiante podrá comprender las razones que sustentan los cambios solicitados.
De acuerdo a la pirámide de Wilson, podemos decir que esta estrategia responde a: Tipo: informal / formal, Forma: verbal / escrita y Fuente: profesor / compañeros / autovaloración.
Estrategia: Trabajo de detective
Esta estrategia consiste en brindar a los estudiantes pistas sobre oportunidades de mejora en sus producciones o desempeños, pero sin precisar los errores o dificultades, pues ellos mismos deberán encontrarlos a partir de las pistas brindadas. Esta estrategia tiene tres beneficios potentes para el aprendizaje: el primero radica en retar a los estudiantes a identificar por sí mismos dónde fallaron o dónde está su error; esto conlleva desplegar el análisis y revisión de sus desempeños o producciones a la luz del aprendizaje desarrollado. El segundo beneficio radica en promover la autonomía en el estudiante, ya que es él quien tiene que hallar dónde radica su error o dificultad y no esperar a que sea el profesor quien lo señale. El tercer beneficio radica en la puesta en marcha de procesos metacognitivos en los estudiantes, ya que deben revisar su proceso de aprendizaje y contrastarlo con su producción o desempeño a fin de identificar la incongruencia entre uno y otro.
Veremos un ejemplo acerca de cómo un profesor utiliza esta estrategia para brindar retroalimentación a sus estudiantes.
Un profesor propone la consigna de redactar un correo electrónico al director del colegio para informarle la propuesta de los estudiantes del aula para elegir a los representantes del consejo estudiantil. Al revisar la propuesta de uno de los grupos de estudiantes, identifica un error de concordancia gramatical. Decide encerrar el párrafo que lo contiene y les dice: “En este párrafo hay un error en el que dos palabras seguidas no guardan concordancia”. A partir de esta consigna, los estudiantes revisan su escrito, conversan acerca de dónde puede encontrarse el error y, finalmente, se ponen de acuerdo y lo corrigen.
De acuerdo a la pirámide de Wilson, podemos decir que esta estrategia responde a: Tipo: informal, Forma: verbal / escrita y Fuente: profesor
Estrategia: Estrellas y escaleras
Esta herramienta permite organizar la retroalimentación que se va a brindar a los estudiantes en dos aspectos, uno que reconoce y explicita el avance o logro y otro que explicita las oportunidades de mejora. En la sección de la estrella se brindan comentarios que hacen referencia a aquello que el estudiante está haciendo bien. En la sección de la escalera se brindan recomendaciones, a manera de procedimientos, que el estudiante necesita realizar para mejorar su desempeño. Esta sección de la escalera será más potente en la medida en que se componga de preguntas que orienten al estudiante a su mejora.
De acuerdo a la pirámide de Wilson, podemos decir que esta estrategia responde a: Tipo: informal, Forma: verbal / escrita / actuada y Fuente: profesor / compañeros.
Estrategia: Mi error favorito
Es una estrategia que permite al docente detectar errores frecuentes por medio de respuestas rápidas escritas por los estudiantes a partir de una consigna específica. El propósito es analizar la forma en que razonan para llegar a una respuesta e identificar errores frecuentes. De esta manera, el docente puede retroalimentar de forma inmediata y apoyar a los estudiantes que lo necesiten. Este análisis conlleva que el profesor identifique errores y aciertos comunes en clase que deberá socializar frente a todos, sin mencionar a quién pertenece la respuesta o resolución. Al revisar en conjunto los errores, los estudiantes podrán reflexionar respecto al proceso de pensamiento que condujo al error, identificar las razones que los llevaron a proceder de tal manera, lo que es correcto sobre un problema, así como lo que es incorrecto y por qué lo es. Esto le permite al docente aclarar las ideas y mantenerlos comprometidos.
De acuerdo a la pirámide de Wilson, podemos decir que esta estrategia responde a: Tipo: informal, Forma: verbal y Fuente: profesor.
Veamos un ejemplo de cómo una profesora utiliza esta estrategia para propiciar procesos de retroalimentación a los estudiantes.
La profesora Lucía ha pedido a sus estudiantes encontrar el valor de la incógnita en la ecuación 4x – 2 = 10. Luego de recoger el trabajo de todos, identifica que, entre las respuestas erróneas, la que se repite con frecuencia es que los estudiantes restan 10 – 2, en lugar de sumar 10 + 2, para igualar a 4x. Por este motivo, selecciona una de estas respuestas.
Luego, presenta esta respuesta a los estudiantes y les dice: “Este es mi error favorito. Observen con detenimiento y luego explíquenme dónde está el error y cómo debería ser”. Les da unos minutos para que puedan analizar y, a continuación, algunos estudiantes piden intervenir. Uno de ellos explica: “Yo creo que el error está en restar 2, ya que si restamos 2 a ambos miembros de la igualdad, en el primer miembro quedaría 4x – 4 y no 4x, con lo cual no estaríamos logrando el propósito de despejar 4x”. Otro estudiante agrega: “Es cierto. En lugar de restar 2, debería sumarse 2. De este modo, quedaría así: 4x = 12.
La profesora concluye, con ayuda de los estudiantes, que muchas veces se comete el error de dejarse guiar por la operación que acompaña al número que tratan de desaparecer, pero que deben tener en cuenta que realizando la operación contraria es que realmente se llega a eliminar dicho número.
Estrategia: Primero a quinto
Si bien esta estrategia no está referida a cómo brindar retroalimentación, ayuda a organizar a los estudiantes para llevarla a cabo. Esta agrupación se realiza de acuerdo a la percepción que tiene el estudiante del grado de comprensión de los aprendizajes desarrollados en una sesión en particular.
La pregunta que se les formula a los estudiantes está referida a “¿qué tanto hemos comprendido la clase de hoy?”. Los estudiantes deberán levantar la mano y mostrar la cantidad de dedos que mejor refleje su percepción respecto a la pregunta. Se podría trabajar solo con tres dedos o con cinco:
El grado de información que provee la estrategia es cada vez mayor cuanto mayor es la cantidad de dedos. Lo importante es que todos los estudiantes comprendan qué significa la cantidad de dedos.
A los estudiantes que levantan tres o cuatro dedos, el docente puede pedirles que continúen realizando el trabajo por sí mismos. En tanto, a los estudiantes que levantaron dos dedos podría agruparlos con los que levantaron cinco dedos para que, de manera colaborativa, puedan revisar nuevamente el trabajo realizado hasta el momento. Esto permitirá que los estudiantes que necesitan ayuda la reciban de un par que posiblemente maneja sus mismos códigos de comunicación, y que aquellos que lograron el aprendizaje lo refuercen al realizar el ejercicio metacognitivo de explicárselo a un compañero. El profesor podrá trabajar con los estudiantes que levantaron un dedo, proveerles nuevas actividades y guiar el aprendizaje de manera más personalizada.
De acuerdo a la pirámide de Wilson, podemos decir que responde a: Tipo: informal, Forma: verbal / escrita / actuada y Fuente: profesor / compañero / autovaloraciones.
Estrategia: Tarjetas de salida
Esta herramienta, al igual que la anterior, no está referida a cómo brindar retroalimentación, sino que ayuda a organizar a los estudiantes para llevarla a cabo. Se trata de ofrecer retroalimentación del estudiante para el profesor.
Las informaciones de las tarjetas permitirán al profesor identificar lo que no fue comprendido en clase, las dificultades de aprendizaje de sus estudiantes, los intereses, entre otras cuestiones.
Con la información recogida en esta tarjeta, el profesor podrá organizar la retroalimentación y alinearla a las necesidades de aprendizaje de los estudiantes.
De acuerdo a la pirámide de Wilson, podemos decir que responde a: Tipo: informal, Forma: verbal / escrita / actuada y Fuente: profesor / compañero /autovaloraciones.
Fuente: MINEDU (2020) Retroalimentación. Unidad 2: ¿Cómo ofrecer retroalimentación? Fascículo del curso virtual de PerúEduca Evaluación y Retroalimentación.